Tratamiento
La enfermedad cardíaca es una enfermedad crónica y que progresa relativamente rápido si no se trata.
El tratamiento permitirá enlentecer el avance de la enfermedad y que el perro cardiópata tenga una buena calidad de vida por muchos años. El tratamiento es de por vida, siendo necesario un seguimiento frecuente cada 3 o 6 meses por su veterinario, para valorar su evolución y el tratamiento que necesita en cada etapa de la enfermedad.
Tratamiento farmacológico: El tratamiento farmacológico es oral en etapas tempranas de la enfermedad con o sin síntomas, pudiendo elegir entre presentaciones en comprimidos o jarabe en función de la comodidad de administración y otras necesidades individuales del perro.
Tratamiento dietético: Tratamiento complementario al farmacológico, que prescribirá el veterinario. Existen dietas especificas cardíacas según la necesidad de la mascota.
Aunque también es beneficioso que los perros con enfermedades cardíacas no tengan sobrepeso, ya que esto puede generar más esfuerzo en su corazón.
Tratamiento quirúrgico: Actualmente no se realiza en nuestro país, pero se continúa investigado para que pueda llegar a ser un tratamiento posible en el futuro de estas enfermedades cardíacas concretas.
Recomendaciones generales:
— Seguir un estilo de vida saludable con ejercicio moderado a leve, restringiendo el esfuerzo en el ejercicio, especialmente en las épocas estivales.
— Evitar exposición a elevadas temperaturas, eligiendo las horas de paseo de temperaturas más confortables. Ya que la fatiga y el agotamiento puede provocar una sobrecarga de trabajo del corazón y aumento de la frecuencia respiratoria que empeore los síntomas.
— Suplementación dietética: complementaria al tratamiento farmacológico. Han demostrado beneficios los ácidos grasos omega-3, taurina y la L-carnitina.
— Es importante un seguimiento por parte del veterinario de manera frecuente, cada 3 - 6 meses, para evaluar la evolución del paciente y adaptar el tratamiento si es necesario.
— No realizar cambios en la dieta ni en la medicación de su perro sin consultar primero a tu veterinario.
— Acudir rápidamente al veterinario si aparecen nuevos síntomas o hay un empeoramiento de estos, como el cansancio, tos, pérdida de peso y apetito, desgana por pasear, cambios de comportamiento o respiración más agitada. El aumento de la frecuencia respiratoria (número de respiraciones por minuto) es unos de los primeros síntomas que se pueden detectar, por ello es importante medirla en casa con cierta frecuencia, por ejemplo, cada semana.
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